Hoy en día, gracias a la agricultura orgánica, el sueño de salir a su jardín y recoger con sus propias manos los alimentos que va a cocinar es toda una realidad.
Basándonos en los principios naturales del uso de la tierra, y evitando la utilización de productos químicos, tener un huerto para consumo propio está al alcance de cualquiera.
¿El truco? Usar compost natural, rotar los cultivos y ser pacientes con los resultados.
Lo primero es preparar el terreno, evitando la aparición de plagas y enfermedades. Limpia las malas hierbas, moja el suelo y remueve la tierra al día siguiente con una azada.
Si lo haces con uno o dos meses de antelación, mejor, así se aireará el terreno. Extiende una buena capa de abono orgánico de unos seis centímetros, mézclala con la tierra y vete preparando los surcos para el cultivo.
En el caso de que quieras automatizar el riego, es buen momento para instalar los tubos y dejarlo todo listo.
Los franceses son expertos en este tipo de huertos, hasta el punto de crear una técnica conocida como el ‘potager’ que sirve para crear un jardín totalmente práctico y funcional a partir del cultivo de hortalizas.
Este tipo de jardines son ideales para terrenos de reducido tamaño en los que tenemos que sacrificar las plantas convencionales para poder disfrutar de las ventajas de un huerto.
Grandes jardines como los de Vilandry (Francia) tienen una parte dedicada exclusivamente al ‘potager’ .
Si de verdad queremos que nuestro huerto sea totalmente orgánico, conviene plantearse desde un principio la rotación de cultivos.
En primer lugar, porque así respetamos la tierra que estamos labrando, evitando la aparición de plagas y enfermedades propias de determinados cultivos que, con el paso del tiempo, pueden quedarse de por vida en nuestro suelo.
problema que puede convertirse en un futuro quebradero de cabeza.
Lo ideal a la hora de rotar nuestros cultivos es hacerlo una vez al año. A la hora de distribuir las plantaciones, te aconsejamos seguir un esquema similar a éste:
Ahora que ya tenemos nuestro huerto ecológico a pleno rendimiento, no podemos descuidar en ningún momento los cuidados que éste va a necesitar.
A la hora de regar, es casi imprescindible pensar en la instalación de un riego por goteo, un sistema que ahorra gran cantidad de agua.
Es importante prescindir del uso de una bomba de agua ya que ésta consume energía: mejor un grifo cercano o, sino, un depósito elevado que utilice la propia gravedad para regar nuestro huerto. En este último caso, podemos usar el agua de lluvia o la bajante de los tejados para almacenarla y no tener que recurrir a la red de agua potable.
También debemos prestar atención a un detalle muy importante en este tipo de huertos: el abonado.
Lógicamente, es obligado huir de cualquier tipo de producto químico o elaborado que no tenga una procedencia 100% natural.
Una idea excelente pasaría por instalar un compostador en nuestro propio hogar. De este modo, podremos aprovechar todos los desechos orgánicos generados en casa para nutrir nuestros cultivos.
Siguiendo estos sencillos pasos, cualquier persona que disponga de un pequeño terreno en su propia casa podrá hacer sus primeros pinitos en el mundo de la huerta orgánica.
Fuente original: facilisimo.com fotografía:@jcomp